"El devoto codicioso se dedica a menudo y durante largo tiempo a la oración. Pero, como es avaricioso, la estructura y contenido de su oración se manifiestan referidos al yo. Reza para obtener algo de Dios. No importa si se trata de un bien material, salud o saber. Lo que le parece central es recibir algo para estar mejor. No se da cuenta de lo que se interesa por si mismo y no por Dios... Exige que Dios se ocupe de él en lugar de entregarse el mismo a Dios....En el fondo, estas personas, no buscan a Dios sino los dones de Dios. En esto no consiste la religión, sino en colocar a Dios en el centro de toda búsqueda."
Hay que enmarcar estas palabras del maestro Jalics en el contexto de la búsqueda de Dios. No es que esté mal en absoluto la oración de petición sobre todo si se acompaña del agradecimiento, y de la alabanza, simplemente es ser conscientes de en qué parte del camino nos encontramos.
Ser humildes nos ayudará a darnos cuenta de la estructura codiciosa de nuestra psicología y este es el primer paso para intentar avanzar un poco más hacia la entrega desinteresada, no solo a Dios sino a todas las personas.
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