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domingo, 18 de marzo de 2012

La habitación del ego


Todos estamos inmersos en nuestra vida interior donde existe un personaje o ego que domina el cotarro. Este personaje vive en una habitación (si vieramos... bien podriamos llamarle la habitación del pánico).
Se trata de una habitación pequeña,  limitada por 4 paredes, oscura, llena de cajas y trastos viejos y que además tiene un suelo muy sucio, pegajoso, lleno de excrementos.
Esta habitación tiene una ventana en la parte alta que está tapada por cortinas y generalmente por enormes cajas de trastos que hemos ido acumulando. Además hay una gran puerta que tiene dos particularidades, la primera es que normalmente no la vemos porque está tapada por el personaje que se apoya en ella y la segunda es que es una puerta que en realidad no podemos abrir ya que solo tiene picaporte en la parte exterior.
Ocurre, que un dia haciendo limpieza vemos la cortina e incluso la abrimos un poco y entra luz. Lo primero que provoca esta entrada de luz es que una vez recuperados del impacto que supone ver la luz por primera vez y alabar sus bondades, tomamos conciencia del insalubre lugar en el que moramos, vemos el polvo, las cajas, la estrechez. Si insistimos y abrimos más las cortinas, entrará más luz y entonces, horror de los horrores, veremos el suelo, lleno de mierda, lodo, restos (son nuestros temores, nuestras pulsiones reprimidas, nuestra ira, etc). Cuando ocurre esto,  nuestro primer impulso es ponernos a limpiar con la desgraciada consecuencia que acabamos de m. hasta arriba y que en lugar de limpiar nos hemos ensuciado más y que frecuentemente nos vemos confundidos e identificados con eso que ha venido a la superficie. En este punto, lo que es más prudente es no hacer nada con ello y seguir ordenando la habitación para que entre más luz. La luz del sol por ella misma, secará y desinfectará todo ese suelo pestilente. Si esto acaece, llegará un punto que nuestra habitación estará limpia y ordenada y entonces veremos la puerta y como locos intentaremos abrirla sin darnos cuenta que solo se abre hacia dentro. De hecho, la puerta siempre está intentando abrirse, pero primero se lo impedian los trastos y ahora es el propio personaje el que al hacer fuerza se lo impide.

Esta es, amigos mios, la resumida  historia del buscador de la verdad. Así que limpiad afanosamente, estar atentos a lo que ocurre, no os identifiqueis con el suelo de la habitación y dejar espacio para que la puerta se abra.


3 comentarios:

lauren sangall dijo...

Creo recordar que era San Agustín quién decía que "lo que está oscuro, cuando le da la luz... se ilumina."
Y nosotros, en Cataluña, tenemos ese dicho popular: "La merda, al sol se seca."
Y es que hasta ese "suelo pestilente", como tú escribes, estimat Xavi, deja de heder cuando se contempla con compasión.

Celebro tu reaparición, con nuevas aportaciones.
Un abrazo.

AXSER dijo...

Hola Xaví !

Conocí tu espacio por Serena expectación.
Me introduje como un visitante arriba a un ciudad por primera vez. Y como un forastero no pude dejar de recorrer sus calles, o sea, tus laboriosas y profundas reflexiones.

Es cierto, el EGO ante la luz se enceguece pero hay que tener cuidado dado que muchas veces se aprovisiona de magníficos anteojos negros.
Normalmente, cuando el ego entreabre la cortina que lo aísla de la luz, y ve la porquería que lo rodea, vuelve a cerrar la cortina, para no ver más su verdadera realidad.
Pero cuando toma la dura decisión de mantenerla abierta, no le queda más que auto imponerse, con voluntad férrea, el trabajo diario de comenzar a limpiar ese desastre que lo rodea.
El ego mil veces cerrará la cortina, antes de comenzar su verdadero trabajo.
El sol ayuda y seca pero no ordena.

Me pregunto:
Por que el EGO o el Yo, teme la luz? Su origen es la oscuridad?
O será que cuando el YO asume su responsabilidad ante su propia existencia acepta el sufrimiento que le impone la luz cuando le hace ver su propia miseria.
Y, para ésto, cobra fuerza con el alimento que le entrega la luz y realiza el trabajo para que la antigua "habitación del pánico" se transforme en la luminosa Ciudad de Dios.

Saludos !!

AXSER
http://ciudaddedios-axser.blogspot.com.ar/

Xavi B dijo...

Hola Axser

celebro que comentes. Me ha gustado tu aportación, sobre todo la ultima parte en la que comentas que el YO asume la responsabilidad. Efectivamente la luz del alma, o de la conciencia o del Angel Solar es un alimento necesario e imprescindible para el crecimiento. Aunque algunas enseñanzas comentan que la mente integra y el alma fusiona y probablemente es así entiendo que la Luz del alma también alimenta a la mente para que su trabajo de integración sea más eficaz. Por otra parte, entiendo que ambos trabajos se llevan a cabo a la vez, muchas veces sin saberlo. Lo importante, es que la aspiración hacia Dios se mantenga como foco y que nuestra intención sea la adecuada.

Con estos requisitos podremos aspirar a vivir en una morada iluminada o como le llamas la luminosa Ciudad de Dios.

Saludos.