Sus primeras instrucciones fueron: “Lo primero es acostumbrar la mente a la oración, reunirla en torno a un centro estable y permanente, al abrigo de la divagación suscitada por la variedad de estímulos. Por eso, disminuir las actividades en el mundo es de ayuda al ser menor el bombardeo sensorial. Sin embargo, aún en el medio del mundo puede construirse un ámbito interior de adoración perpetua”.
No se cuanto tiempo después me pasó algo simple pero significativo. Fue como un rellano, como una comprensión, un pequeño paso. Entendí como era posible que algunos se pasaran la vida haciendo esto. Me di cuenta que detrás de los hábitos estaba el lugar del ser real y que por allí se paseaba Cristo...
Para aquellos que queráis profundizar y poner en práctica esta forma de orar os recomiento visitar :
No hay comentarios:
Publicar un comentario